Raptos de la Mitología Clásica I

Según la Real Academia de la Lengua raptar es secuestrar, retener a alguien en contra de su voluntad, por lo general con el fin de conseguir un rescate. En los sucesos que vamos a relatar el fin no era conseguir algo a cambio, sino que la mayoría de ellos han sido por amor. En la Mitología Clásica se cometieron varios raptos que quedaron plasmados en los lienzos de varios pintores.  Vamos a repasar algunos de ellos.

El rapto de Proserpina

Proserpina, era hija de Júpiter y Ceres, ambos hijos de Saturno y Rea.  La lindeza hizo que Plutón, señor del mundo subterráneo y rey de los Infiernos, se enamorase de ella.  Plutón era hermano de los padres de Proserpina y su imagen suele ir acompañada de la de Cérbero, el célebre perro vigilante de tres cabezas y vigilante del Tártaro.

Plutón no pudo evitar las flechas de Cupido instigado por Venus, y para alimentar su deseo rapta a su sobrina, surgiendo de la tierra montado en una cuadriga y llevándosela a sus reinos. La desaparición de Proserpina causa gran dolor a su madre Ceres que viaja por toda la tierra para encontrarla. Finalmente, una ninfa informa a la diosa del secuestro de su hija por Plutón y entonces la diosa pide ayuda a Júpiter.

Mientras tanto, Proserpina está feliz de ser amada por Plutón y ser reina de los Infernos, pero la tristeza de Ceres, diosa de la agricultura, da lugar al cese de las cosechas en la tierra. Por ello Júpiter instituye que Proserpina pase parte del año en la tierra de su madre y parte en el Hades con Plutón.  Ello da lugar a las distintas estaciones del año, dependiendo de la alegría o tristeza de Ceres por la presencia o ausencia de su hija.

La historia inspiró muchas obras literarias y plásticas y en estas últimas el episodio más representado es el rapto de Proserpina, el mismo que vemos pintado por Rubens en este lienzo del Prado.

Peter Paul Rubens. El rapto de Proserpina (1636-38). Oleo sobre lienzo, 180 x 270 cm. Museo del Prado, Madrid.

Peter Paul Rubens. El rapto de Proserpina (1636-38). Oleo sobre lienzo, 180 x 270 cm. Museo del Prado, Madrid.

En la parte central de la representación pictórica se halla Plutón en su carro, llevándose a la joven, a la que ha sorprendido cogiendo flores en la pradera, por lo que el cestillo yace abandonado en sus pues. Una pareja de cupidillos ayudan al dios con sus intenciones mientras que Minerva intenta impedirle el rato ayudada por Venus y Diana.

El rapto de Ganímedes

Júpiter ardía de amor por el frigio Ganímedes. Le pareció conveniente no presentarse ante él como Júpiter, y prefirió hacerlo como algo distinto que le complacía más. Convertirse en cualquier clase de pájaro le pareció impropio de su dignidad excepto si este fuera capaz de sostener sus rayos. El dios mayor no perdió tiempo y se precipitó por los cielos con sus alas falsas para raptar al troyano. Ahora Ganímedes prepara para Júpiter la bebida de su copa y le sirve néctar, algo que desagrada profundamente a su esposa Juno. / OVIDIO, Metamorfosis, Libro X, 155-161.

En la obra Diálogos de los dioses en la que se trata muy en serio los mitos y sus personajes principales, Luciano (siglo II d. C) menciona a Ganímedes varias veces. Así comienza una conversación entre Zeus y el joven:

Zeus: Vamos, Ganímedes, ya hemos llegado a nuestro destino. ¿Qué, me darás ahora por fin un beso? Fíjate que, aunque me he presentado ante tí como un pájaro, ahora ya no tengo ni pico encorvado, ni garras afiladas y tampoco llevo alas.

Ganímedes: Pero… ¿Acaso no eras tú hace un instante el águila que se precipitó desde lo alto y me apartó de mi rebaño? ¿Cómo es posible? Las alas que tenías han desaparecido y tú pareces totalmente distinto.

Zeus: Querido muchacho, frente a ti no tienes ni a un hombre, ni a un águila. Yo soy el rey de los dioses que se ha disfrazado para la ocasión. / LUCIANO, Diálogo de los dioses, IV.

La historia de rapto de Ganímedes para llevarlo al Olimpo, donde servirá como copero de los dioses, tiene diferentes interpretaciones: como el de la pederastia de la Antigüedad y en el contexto cristiano, el alma pura que se encamina hacia Dios y la inmortalidad.  Este lienzo de Correggio formaba parte de una serie de cuadros de temática erótica y mitológica encargada por el duque Federico II Gonzaga de Mantua como regalo al emperador Carlos V.

La historia de rapto de Ganímedes para llevarlo al Olimpo, donde servirá como copero de los dioses, tiene diferentes interpretaciones: como el de la pederastia de la Antigüedad y en el contexto cristiano, el alma pura que se encamina hacia Dios y la inmortalidad.  Este lienzo de Correggio formaba parte de una serie de cuadros de temática erótica y mitológica encargada por el duque Federico II Gonzaga de Mantua como regalo al emperador Carlos V.

Corregio. El rapto de Ganímedes (1490-1534). Oleo sobre lienzo, 163,5 x 74 cm. Kunsthistorisches Museum, Viena.

Correggio. El rapto de Ganímedes (1490-1534). Oleo sobre lienzo, 163,5 x 74 cm. Kunsthistorisches Museum, Viena.

El príncipe troyano Ganímedes era un joven y valiente pastor que cuidaba con sus perros el rebaño de su padre en las montañas de Frigia. El águila lame el brazo de Ganímedes en señal de buena intención. Ganímedes se agarra con los dos brazos al águila y dirige su mirada al espectador. El animal y el hombre forman un todo magnífico en el que el águila oscura contrasta con la piel de alabastro de Ganímedes.

El rapto de las Sabinas

Según Tito Livio, en los tiempos del fundador Rómulo la ciudad de Roma disfrutó de gran apogeo y era capaz de medirse con los pueblos cercanos. Sin embargo, tenía un grave problema: le faltaban mujeres. Entonces Rómulo trama una argucia e invita a las ciudades vecinas a celebrar una fiesta en honor a Neptuno.

Los sabinos acudieron todos, con las mujeres y los niños. Fueron agasajados de forma hospitalaria en alojamientos privados, y cuando vieron la ciudad con las murallas y la gran cantidad de casas quedaron asombrados del rápido crecimiento de Roma. En el momento en que iba a dar comienzo el espectáculo y todo el mundo tenía vuelta la atención hacia ahí, estalló un acto violento previamente planeado. A una señal, la juventud de Roma se lanzó a raptar a las muchachas. […] El pánico perturbó la fiesta y los apesadumbrados padres de las muchachas huyeron.  Denunciaron que con aquel acto se habían violado las leyes de la hospitalidad e invocaron el nombre del dios en cuyo honor ellos habían acudido a la fiesta y a los juegos para luego ser engañados. Las muchachas raptadas no estaban menos desesperadas e indignadas. / TITO LIVIO, Historia de Roma desde su fundación, I, 9.

Nicolas Poussin. El rapto de las Sabinas (1633-1634). Oleo sobre lienzo, 154,5 x 210 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

Nicolas Poussin. El rapto de las Sabinas (1633-1634). Oleo sobre lienzo, 154,5 x 210 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

Según Tito Livio, la rabia de las muchachas desapareció rápidamente. El propio Rómulo se desposó con Hersilia. Cuando los sabinos declararon la guerra contra los romanos, las mujeres, que se habían casado y habían sido madres, intervinieron con éxito entre ambos bandos con el fin de apaciguar los ánimos.

Poussin retrata el momento en que lleva a cabo el rapto de las sabinas por parte de los romanos. Este pintor conocía muy bien el arte y la literatura clásica, y convierte el rapto en un cuadro especialmente dinámico, impresionante y dramático, mostrando al fondo una ciudad evolucionada. En un pedestal a la izquierda, Rómulo que no toma parte en el rapto. En primer plano, un niño y una anciana son testigos de cómo la madre del pequeño es llevada en volandas por un romano. La anciana reacciona impotente y desesperada. La madre se debate en balde en los brazos de su raptor.  A la derecha del lienzo, un padre intenta apartar a su hija de las manos de un romano mientras ella agarra con fuerza  a la túnica de su progenitor. El romano está a punto de atacar con una daga.

BIBLIOGRAFÍA

-DE RYNCK, Patrick. Cómo leer la mitología y la Biblia en la pintura. Barcelona: Electa, 2009, pp. 188-189,  308-309 .

-GUARINO ORTEGA, Rosario. La Mitología Clásica en el Arte. Murcia: Universidad de Murcia, 2011, p. 69.

-LÓPEZ TORRIJOS, Rosa. Mitología e Historia en las obras maestras del Prado. Londres: Scala Books, 1998, pp 24-25.

RECURSO ELECTRÓNICO

-Museo Nacional del Prado. El rapto de Proserpina [en línea]. [Consulta: 9-4-2016].

-TheMet. The Abduction of the Sabine Women [en línea]. [Consulta: 9-4-2016].

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